La he traído a colación porque otro de los temas subyacentes en la novela es un tema recurrente de la ciencia ficción: cómo un nuevo avance tecnológico redefine las normas, las condiciones establecidas e, incluso, los límites de la sociedad y, salvando las enormes distancias que separan “androides” y “cloud computing”, el surgimiento de este último implica (mucho más modestamente, por supuesto) la redefinición de la forma de trabajar (en el más amplio concepto de la palabra) con las TIC … tanto para los Proveedores de Servicios, como para los Usuarios de los mismos (ya sean ciudadanos, ya sean autónomos o profesionales, ya sean los empleados de una empresa, organismo o entidad de cualquier tipo, ya sean los departamentos TIC de esas empresas o entidades).

En sus inicios mucha gente, y hoy en día aún quedan algunos (especialmente entre las empresa de sector TIC que no han sabido “hacer sus deberes” y no está aún metidos en el mercado) que decía que el Cloud Computing era una palabra de moda (buzzworld) y no hay duda que eso ha sucedido en muchas ocasiones con concepto detrás de los cuales no había nada (nuevo) y que cada vez sale un concepto hay gente que los aprovecha y lo lleva a límites muy forzados (como “Lo-que-sea as a Service”). Hay otras personas que lo confunden (en algunos casos por simplificar o facilitar su explicación, pero en otros por las mismas razones expuesta hace un momento) con otros conceptos como la “virtualización” (ya he tratado ese aspecto y lo resumiré en términos matemáticos diciendo que hoy en día “la virtualización es necesaria pero no suficiente para dar servicios Cloud Computing”). También hay gente que confunde Cloud Computing con SaaS, que se explica por el hecho de que los servicios del tipo SaaS son los más ampliamente difundidos.

El que las TIC sean una “utility” más (es decir, que sea como, por ejemplo, la luz eléctrica donde tu enchufas un aparato y funciona, y no te importa donde se generó la luz, ni con qué tipo de fuente primaria, y en el que en general pagas por el uso que haces de ella, etc.) es un aspecto deseado y buscado desde hace tiempo, tanto por el ciudadano, como por las empresas, y al que las empresas del sector TIC han intentado responder en los últimos años con iniciativas como “Utility Computing” (el empaquetamiento de recursos físicos informáticos, para cálculo, para almacenamiento, etc., ofrecidos como un servicio medible al estilo de las “utilities”, es decir, las empresas de servicios públicos de luz, gas, agua, etc.) y el “Grid Computing” (la combinación de recursos informáticos de múltiples dominios administrativos aplicados en una tarea común).

El Cloud Computing aprovechando y combinando los avances de muchas otras tecnologías (en muchos caso subyacentes dentro del modelo, como la virtualización) responde por primera vez a esas expectativas de los ciudadanos y de las empresas ya sean con servicios del tipo SaaS (de mayor impacto, pues van dirigidos a usuarios finales en forma de ciudadanos normales, profesionales, autónomo o empresas) ya sea en la forma PaaS o IaaS (cuyo usuario objetivo, en general, son los departamento TIC de empresas u organismos). Por ello todos los especialistas coinciden en que si bien el concepto de Cloud Computing aún va a sufrir transformaciones y evolucionar, sin embargo “no es una moda pasajera, sino que ha llegado para quedarse”.

Esa evolución vendrá tanto de la propia innovación de la industria creando nuevas aplicaciones y servicios para el usuario final, como de los retos y desafíos u obstáculos y barreras, según se mire, que el Cloud Computing aún tiene que afrontar y resolver: desde la seguridad (el “más nombrado”, pero de momento me reservo la opinión sobre su importancia real, pues lo trataré monográficamente en breve) hasta un cambio cultural, organizacional o de procesos, pasando por la ausencia de estándares, los problemas de interoperabilidad, de portabilidad, de “confianza”, de prestaciones, de SLAs, de regulaciones y legislación, etc. (aspectos que también pienso tratar en los próximos días).

Y para finalizar me gustaría rememorar una frase de Victor Hugo que recoge mi opinión al respecto:

“Una invasión de ejércitos puede ser resistida,
no así una idea cuyo momento ha llegado.”